Eduardo Chillida
Eduardo Chillida (1924-2002, Donosti) es uno de los escultores españoles más importantes del s.XX, además de ser uno de los más respetado y reconocido internacionalmente. Los estudios de arquitectura que realizó en Madrid fueron muy influyentes en la concepción formal y conceptual de su escultura. Chillida es principalmente conocido por sus monumentales piezas abstractas de acero, muchas de las cuales presiden lugares públicos y emblemáticos, y han pasado a ser iconos de referencia. Como El peine del viento, obra emplazada a las puertas de la oficina de la UNESCO en Paris, o las esculturas en la playa de Ondarreta de Donosti que son hoy símbolo indiscutible del mar cantábrico y la identidad del pueblo vasco, su pueblo. Sin duda, la cultura vasca está presente como una constante en todo su trabajo, tanto en la elección de los materiales y la inspiración conceptual como en la decisión de titular la mayoría de sus obras en Euskera (idioma co-oficial del País Vasco, España). No se puede comprender a Chillida sin su contexto y herencia cultural.
Chillida es un artista que entiende el vacío como elemento indispensable para la forma escultórica. Los juegos de volumen, el valor de la masa y la tendencia a la monumentalidad, le acercan a escultores como Henry Moore. La preocupación arquitectónica y geométrica a la hora de trabajar son características indiscutibles en su obra.
Eduardo Chillida ganó el Gran Premio de Escultura en la Bienal de Venecia el año 1958 y dos años más tarde recibió el Premio Kandinsky, además de otros premios internacionales a lo largo de su vida. En 1980 el Museo Guggenheim de Nueva York le dedicó una retrospectiva memorable. Dos años antes de morir (2000), inauguró, en su tierra natal, su propio museo, concebido como una gran obra de arte en si misma, con grandes jardines donde, siguiendo sus principios, las esculturas se integran en el espacio y permiten al espectador pasear entre ellas.
Gravitación #25 1988
Papeles amate suspendidos
60 x 79 cm
